domingo, 10 de noviembre de 2019

COMENTARIO DE TEXTO 8

“Toda la historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia de lucha de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta. (…)

     La moderna sociedad burguesa, que se alza sobre las ruinas de la sociedad feudal, lo que ha hecho ha sido crear nuevas clases, nuevas condiciones de opresión, que han venido a sustituir a las antiguas (...) Hoy, toda la sociedad tiende a separarse, cada vez más abiertamente, en dos grandes campos enemigos: la burguesía y el proletariado. (…) 

     La industria moderna ha transformado el pequeño taller del maestro patriarcal en la gran fábrica del capitalista industrial. Masas de obreros, hacinados en la fábrica, están organizados en forma militar. (...) Pequeños industriales, pequeños comerciantes y rentistas, toda la escala inferior de las clases medias de otro tiempo, caen en las filas del proletariado; unos, porque sus pequeños capitales no les alcanzan para acometer empresas industriales y sucumben en la competencia con los capitalistas más fuertes; otros, porque su habilidad profesional se ve despreciada ante nuevos métodos de producción. (...) En esta etapa, los obreros forman una masa diseminada por todo el país y disgregada por la competencia. (…)

     La existencia y la dominación de la clase burguesa tienen por condición esencial la concentración de la riqueza en manos de unos cuantos individuos, la formación e incremento constante del capital; y este, a su vez, no puede existir sin el trabajo asalariado. El trabajo asalariado descansa exclusivamente sobre la competencia de los obreros entre sí. Los progresos de la industria, cuyo agente involuntario y pasivo es la burguesía, imponen, en vez de aislamiento de los obreros por la competencia, su unión revolucionaria por la organización. Y así, al desarrollarse la gran industria, la burguesía ve tambalearse bajo sus pies las bases sobre las que produce y se apropia de lo producido. Produce, ante todo, a sus propios enterradores. Su caída y el triunfo del proletariado son igualmente inevitables.”

                                                                        Marx y Engels. Manifiesto comunista.1848

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